PASOS COMPARTIDOS

El mundo es un pañuelo. Que se abre, que se despliega, que nos envuelve.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Más de una despedida

Nuria es una catalana auténtica que viajó a Ecuador por sus estudios de microbiología. Además se enamoró.
Diego es 9K: un artista del freestyle. Tiene las palabras y las ideas con una coordinación asombrosa y tiene además, el arte en las venas. Lo que dice, lo que canta es cosa seria.
Danna es su hija. Una pulguita simpatiquísima en edad de dibujar en los sillones.
A ellos los conocimos durante el festival en Canoa. Diego participó con una imrovisaición sobre todo lo que estaba pasando esa noche y sobre lo que nos llevó a estar todos ahí reunidos. Después, nos recibieron en su casa, en Quito.
Pasamos días de relaje y diversión, hicimos un buen asado, disfrutamos de la pasta a la catalana, jugamos hasta casi la mañana.
Con el corazón lleno, una mañana, volvimos a cargarnos las mochilas y seguimos viaje los cuatro.
Llegamos a Otavalo: la feria artesanal más grande de Améria Latina, según dicen. Entusiasmadísimos pensando que sería el lugar perfecto para vender, muy pronto descubrimos que era el lugar perfecto para comprar! jijijiji. Además de ser la mismísima sede del regateo.
Ahí nos enontramos con el flaco Mati y Aldi, los marpla, quienes emprendían desde ahí su camino de vuelta a casa.
Todos juntos fuimos a la plaza donde vivimos la fiesta de Otavalo. Muchas comparsas con los bailes, música y trajes propios de distintos pueblos de Améria Latina. Todo rebalsaba de color y las músicas, que sonaban fuertísimo, se mezclaban hasta parecer una sola. Tan lindo y atrativo todo que Jor no pudo resistir y de repente lo vimos que se mezlaba bailando en una comparsa y se alejaba con ellos a puros saltitos.
Al otro día, busando por el pueblo soldadura de plata para experimentar en nuestro taller de cobre andante, fuimos a parar a lo de Hugo. Él es orfebre peruano que desde hace muchos años vive en Otavalo donde además de formar su familia comparte con ellos un humilde negocio. Hugo se brindó en seguida, nos dio una mano con lo que buscábamos, nos contó de su vida, sus experiencias, quiso saber de nosotros y nos enseñó a soldar además de otros trucos sobre su trabajo.

De nuevo los cuatro fantásticos se lanzaban a los caminos. Con la certeza de que la despedida de Ecuador estaba a minutos y que la nuestra no tardaría mucho más en llegar. Con melancolía por dejar algo que nos hizo felices.
Atravesamos una nueva frontera e iniciamos viaje por Colombia. Llegamos a Pasto y, si bien teníamos pensado pasar la noche ahí, el hecho de llegar tarde y de que lo poco que vimos de la ciudad nos pareció demasiado hostil, seguimos viaje: nosotros hasta Cali, los chicos hasta Popayán. Los cuatro en el mismo colectivo que en algún momento paraba y los chicos deberían bajar.
La despedida inevitable, llegó. Entre abrazos intensos y miradas preocupadas que especulaban hasta el último momento diciendose entre sí: "este micro ya se va". Con algún que otro lagrimón piantao y algún otro contenido, vimos a nuestros amigos quedarse en el andén cual muñecos de la mafia entre las rejas (juuuuaaaaa).
Sin ellos el viaje no hubiera sido lo mismo. Sin ellos no es lo mismo. Viajando todo parece un poquito más intenso. Despertar cada día, percibir, mirar, sentir lo que nos rodea. En la ruta hay cientos de viajeros de todo tipo... más andamos y más comprendemos que estos dos personajes son gente sin igual con la que tuvimos el gusto de construir algo lindo que queda para la vuelta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

amigos nos hicieron emocionar mucho con lo q escribieron, de mas esta decir cuanto los queremos y cómo el viaje no es lo mismo sin ustedes...nos hacen mucha falta. Me voy porque estoy haciendo el revuelto de papas q nos enseñó flor...
besitos
los queremos muuuuucho
meme y fede